El popular antivirus Avast se consolida en América Latina
Avast Software, la empresa checa de programas antivirus y uno de los líderes mundiales del sector, está consolidando su posición en América Latina, especialmente en Brasil y México.
Toda Latinoamérica tenía registrados, a fecha 1 de abril, 62,3 millones de dispositivos informáticos en activo protegidos por un programa antivirus de marca Avast.
“Eso supone una crecimiento del 22 % respecto al año pasado”, y una cifra importante para una entidad que ha superado recientemente los 200 millones de usuarios en el mundo, según declaró en Praga Pavel Baudiš, fundador del gigante informático.
“Brasil es un país donde casi diez tenemos la mayor cuota de mercado y Avast es el programa más extendido. En los últimos tres años aumenta la cuota de Avast en los países de habla hispana, sobre todo en México, España y en otros estados de América del Sur”, señaló Baudiš.
De los diez principales países de América Latina, el número de dispositivos activos con Avast asciende a 30,8 millones en Brasil; 8,7 millones en México; 5,6 millones en Argentina; 5,4 millones en Colombia; 3 millones en Chile; 2,2 millones en Venezuela; 1,5 millones en Perú; 1,2 millones en Ecuador; 0,634 millones en Bolivia y 0,606 millones en Costa Rica.
“Esos mercados significan mucho para nosotros”, confirmó el empresario, que hace dos décadas no habría soñado con semejante expansión.
Avast, cuya cifra de facturación de 2013 está pendiente de auditar y no fue facilitada, detecta diariamente medio millón de virus desde sus puntos de observación en todo el mundo.
“Hay tantos virus y muy similares que lo que hacemos es automatizar el tipo de análisis y detección. El desafío es construir esos sistemas automáticos de detección”, dice Baudiš acerca de su estrategia.
Hoy la presencia internacional de Avast es indiscutible, y a potenciar ese esfuerzo en el exterior va encaminada en parte la ampliación de la plantilla en 150 personas, de las 370 existentes.
La mayoría de esas personas trabajan en Praga, en unas elegantes oficinas de Trianon House, en el Distrito 4, pero con el aumento de personal este año tendrán que trasladarse dentro de la capital checa.
Ningún sector económico ha deparado en estos últimos años al país centroeuropeo tanto éxito como la informática, con dos de sus empresas de antivirus posicionadas en el “ranking” de las diez más grandes del mundo.
Avast y AVG se codean con los principales actores de un sector que, gracias a internet, crece de a pasos agigantados, estando el resto -Norton, Symantec o Microsoft- radicado en EE.UU., con excepción de la rusa Kaspersky Labs y la eslovaca ESET.
De las tres empresas “checoslovacas” (Avast, AVG y ESET), Avast es el claro líder de mercado, según Google Trends, que muestra la búsqueda de las distintas marcas en Google.
“AVG tiene un tercio de nuestra cuota de mercado y ESET es marginal”, señaló Baudiš.
El camino de Avast ha sido largo y, en buena medida, producto “de la suerte”, reconoció su fundador, un licenciado en Ciencias Químicas que empezó a interesarse en la gráfica por ordenador y, movido por la curiosidad, logró en 1988 plantar cara a un virus llamado “Vienna”.
Ilusionados por el logro, y en medio de las rigideces de un nuevo régimen democrático, que se desperezaba poco a poco del pasado socialista poco proclive a la actividad empresarial, Baudis y su socio, Eduard Kučera, planearon un escenario a tres años.
“Y no sabíamos lo que venía después. Tuvimos un poco de suerte”, reconoció el artífice, de 53 años.
Sobre esos inicios, destacó también que “antes los virus eran sencillos y muy cortos. Hoy son, a veces, muy complejos. Antes había pocos, y era fácil dedicarse a analizar todo lo que hacen”.
Avast Software ha superado en 2013 ya la barrera de los 200 millones de usuarios, convirtiéndose en empresa global, y con más de 38 países con al menos un millones de usuarios.
Una de las razones de este ascenso meteórico fue, según explica Baudiš, reconocer el derecho a la protección, mediante el acceso gratis programas antivirus, lo que les permitió, en una década, pasar de un millón de usuarios en 2004 a la cifra actual de 200 millones.
Hoy los usuarios tienen acceso a una versión básica y gratuita del programa, que sólo contiene antivirus, pero para algo más elaborado, que incluya protección de identidad, datos, actualización automática de programas, eliminación de software peligroso (“spyware” y “malware”), y otros servicios en la “nube”, hay que pagar.
En cuanto a los principales hitos de la entidad, en 1995 la empresa se hizo un buen nombre con el diseño del primer programa antivirus para el sistema operativo Windows 95, y en 1997 la arquitectura de Avast se convirtió en el núcleo del programa de McAfee.
Otro momento importante fue la venta en 2010 de una paquete minoritario (del 34 a 49 %, sin precisar) por 100 millones de dólares al fondo de inversión Summit Partners, que dejó al mismo tiempo a los fundadores manos libres para seguir controlando y desarrollando la empresa.
Del virus como “diversión no dañina por el placer de esos cinco minutos de gloria” a principios de la década pasada, se ha pasado a programas hechos por profesionales “en torno a los que gira mucho dinero, y con los que se busca robar nombres, contraseñas y números de tarjeta de pago”, dice.
Esos son los verdaderos enemigos, pues “ya no se producen esas epidemias que antes contaminaban todo el mundo. Hoy se hace de forma lo más discreta posible, para conseguir el control de los ordenadores”, añade Baudiš.
Baudis también deja claro que, como empresa dirigida a los pequeños usuarios, no entra en la guerra cibernética entre los Estados.
“Países como EE.UU o China tienen sin duda sus departamentos profesionales que se dedican a proteger sus sistemas y penetrar en otros, pero esto va fuera de nosotros”, asegura.
Y por ese motivo, “no cooperamos con ningún gobierno ni policía ni servicio secreto, aunque si evidenciamos algún código maligno, lo hacemos saber”, apostilla.
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