Honor, camaradería y adrenalina se dan la mano en la temible lucha medieval

Momentos de la luchaPocos deportes como la lucha medieval generan, por su aparente dramatismo y violencia, tanta adrenalina en quienes lo practican y en el espectador, y pocos deportes crean sus lazos de camaradería y alto sentido del honor.

La lucha medieval surgió hace apenas un cuarto de siglo en el Este de Europa con la recreación histórica de batallas de la Edad Media, y luego se convirtió en un deporte, en la actualidad regulado por dos federaciones internacionales.

Es una disciplina de lucha con contacto pleno y armas de la época, y reúne elementos de varios deportes de pelea, como la lucha, el kickbox, las artes marciales mixtas y la esgrima antigua, entre otras.

“En la República Checa hay sólo unos cincuenta luchadores activos, pero en Rusia es tan popular como aquí el fútbol o hockey. Tienen salas de entrenamiento especiales, y por eso los rusos son los mejores del mundo, con los polacos y ucranianos”, dijo la checa Eva Gramusova.

Gramusova es una de las tres luchadoras checas que participaron en la sexta edición del campeonato del mundo “Batalla de las Naciones”, celebrado en mayo en Praga, con asistencia de 35 países, entre ellos España, Argentina y México, y que fue el mayor encuentro de su género en la corta trayectoria de esta competición.

Un deporte que es también para mujeres“Las chicas practican esta disciplina desde la temporada pasada y aquí estamos por primera vez nosotras tres. Conmigo están Pavla y Veronika, que tiene un dedo roto, pero vino a la arena a luchar. Es una chica valiente”, afirmó Gramusova.

“Lo hago por el deporte, me gusta la historia, pero estudio una una carrera técnica y no tengo tiempo para dedicarme a ello” en términos académicos, añade la joven praguense.

Además destaca que “hay un ambiente estupendo, y cuando necesitas ayuda enseguida te la brindan. Aquí nadie se burla de nadie, domina el ‘fair play’ y es lo que me gusta de este deporte”.

Nadie queda indiferente ante este espectáculo, pero es el espectador el que experimenta con más intensidad una mezcla de pasiones, como lástima, rabia y euforia, al oír el golpe sordo de las armas.

“Practicarlo es duro, pero los espectadores lo aman. Tú no puedes ver esto y no sentirte impresionado. Y si lo ves en directo más. El ruido de los aceros chocando, eso es absolutamente impresionante”, dice el pontevedrés José Martínez, de 45 años, que fue medalla de plata en duelo individual con arma de asta en el pasado campeonato del mundo de Malbork (Polonia).

el pontevedrés José Martínez, de 45 años, fue medalla de plata en duelo individual con arma de astaSon los luchadores, enfundados en trajes de acero almohadillado que pesan cerca de 30 kilos, los que ponen el condimento de la épica, donde hay que tumbar al oponente a base de golpes de hachas, espadas, alabardas, mazas y falchones.

“Puede parecer violento y dramático, y nuestro papel es que lo parezca, pero que no se convierta en violento. Debemos proteger a los luchadores para que no acaben lesionados, y asegurar que sea una pelea pareja y justa”, afirma el inglés Jon Parry, que desde hace año y medio es mariscal, como se llama a los árbitros de la lucha medieval.

Aún así, las ambulancias y equipos de socorristas forman parte esencial del paisaje que envuelve a estos eventos, donde las idas al hospital por roturas de huesos o cortes profundos resultan frecuentes.

Con todo, “lo que nos gusta es que, a menudo, tenemos familias y niños pequeños, y aprenden algo del deporte y la Edad Media, porque tienen que vivir en campamentos históricos”, afirma Parry.

Y añade que este deporte “quizás nos habla del honor y ese tipo de cosas. Honor y ser personas de confianza, algo de lo que algunos hoy carecen”.

Un deporte no exento de riesgosEl cordobés Marcel Bernal participó como luchador, junto con su hijo Cristian, en la “Batalla de las Naciones” que tuvo lugar en la colina de Petřín de la capital checa, junto a la réplica en miniatura de la Torre Eiffel.

“Mi hijo empezó a practicar el esgrima histórico, pero queríamos algo más real, y empezamos a venir a estos campeonatos. Al principio nos hicimos en el taller de casa nuestras propias armas y las hemos ido mejorando”, afirmó.

Al ambiente ayuda la recreación de la vida medieval, con poblados, mercados, recintos de lucha y atuendos de la época, que en el caso de una armadura completa pueden llegar a costar unos 3.000 euros.

“Antes de practicar este deporte hacía recreación histórica y lo hago todavía. Y me cambió muchísimo el concepto de lo que es historia”, afirma la luchadora argentina Adriana Di Francesco, que es diseñadora gráfica.

Y añade: “Siempre me gustó esa época. Cuando era más chica me tenían por un bicho raro en la escuela, porque me gustaban los castillos, los guerreros”.

El campeón del mundo Sergei Ukolov da una Reconoció que Argentina no tiene ningún tipo de historia medieval y que “es muy difícil conseguir información”, y ella se ha inspirado en los pueblos escandinavos del norte de Europa.

“Partes de la búsqueda, no sólo de la parte histórica, sino técnicas para poder recrearla. Aprendes a coser a trabajar metal, en cuero”, añade Di Francesco, la primera mujer capitana en este deporte, y que con su marido trabaja y ahorra todo el año para poder venir a estos eventos.

“Hay gente que hace otro tipo de vacaciones, y nosotros nos juntamos para pegarnos con espadas”, dice con una sonrisa.
A pesar de la dureza, Di Francesco no cree que se “deje de ser femenina por pelear con una espada”, y, además, “cuando terminamos de pelear, cuando llegamos al campamento nos juntamos todos a comer, a contar anécdotas. La parte agresiva queda dentro de la cancha. Afuera somos todos amigos”.

Además de un deporte, la lucha medieval puede ser un negocio o dedicación profesional, como en el caso de la luchadora y empresaria polaca Kamila Henkelman.

 Recuperando fuerzas tras la lucha“Es el segundo año que peleo profesionalmente. Lo hice antes casi diez años y mis amigos me eligieron para una recreación y desde aquí a la lucha medieval hay un corto camino”, dice.

Henkelman regenta en su país una tienda, “Historicum”, en la que hace armas y ropa, y también tiene una compañía de actores para recreaciones medievales.

“Del medievo aprendemos las relaciones entre las personas, porque aquí nos conocemos muy bien, y lo segundo es el juego limpio. Yo peleé con Tatiana (Guseva). Sé que es mucho mejor que yo, pero podemos jugar y me puede enseñar, no sólo pegarme y vencerme”, explicó.

“Tenemos que preocuparnos de los demás y trabajar codo con codo” apostilló la polaca.

VIDEO: BATTLE OF THE NATIONS 2015

19. 06. 2015

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