Eduardo Mendoza confiesa que el premio Kafka le anima a seguir escribiendo

Eduardo Mendoza: Ganar el premio Franz Kafka, uno de los más prestigiosos de República Checa, ha sido para el escritor español Eduardo Mendoza como “una transfusión” que le anima a seguir escribiendo “un poquito más”.

Horas antes de recoger en Praga el galardón -una estatuilla en miniatura de Kafka y una dotación de 10.000 dólares- que concede la Sociedad Franz Kafka, Mendoza confesó que este reconocimiento le llega en un “momento decisivo”.

“Los premios son importantes y este me llega además en un momento decisivo, porque ya estoy al final de mi carrera. Y este premio es como una transfusión”, dijo en una entrevista con Efe el autor de “La verdad sobre el caso Savolta” y “La ciudad de los prodigios”.

Al verse reconocido por este jurado internacional, que en ediciones anteriores premió a literatos como Philip Roth, Vaclav Havel, Elfriede Jelínek, Harold Pinter o Amoz Oz, Mendoza confesó que se ve con ganas para seguir.

“Pues a lo mejor tengo todavía que seguir un poquito más, que no me viene mal”, dijo.

El barcelonés destacó el relieve literario de Franz Kafka, uno de los dos autores, con Dante, que han dejado su nombre en el lenguaje común para describir una situación nueva.

“Porque ‘proustiano’ (del escritor francés Marcel Proust) es una cosa académica, y en cambio todo el mundo sabe lo que quiere decir kafkiano, sin saber quién era Kafka, y esto significa mucho”, señaló.

Para Mendoza “kafkiano” quiere decir “confuso, pero es muy difícil y por eso se inventa una palabra. Es una especie de hipocresía y confusión que esconde detrás abuso y peligro”.

Eduardo Mendoza con su mujer, AnaEl autor de “La Metamorfosis” y “El Proceso” fue además, para Mendoza, altavoz de la “angustia vital”, al ser capaz de ver lo que se avecinaba en un entorno de cierta tranquilidad.

“Él ya percibe que va a ser un siglo en el que te van a mandar a la muerte sin decirte por qué”, dijo el barcelonés en alusión a la barbarie que se cebó con la población europea en el siglo XX, con la I y la II Guerra Mundial.

Y en los albores del siglo XX, Kafka fue una pluma a la altura de los tiempos de cambio literario que pedían las transformaciones sociales y políticas.

“Estos cambios existían y estaban pidiendo un cambio en la literatura que ha de acompañar a la realidad. Y entonces Kafka, que es el primer escritor del siglo XX, se da cuenta de esta dificultad, de que tiene que inventar un nuevo lenguaje”, explica Mendoza.

El galardonado reconoce que Kafka “lo intenta y no consigue terminar ninguna de las novelas. En realidad ese intento suyo es el que permite luego el salto, pero el se queda a medio saltar”.

Un salto que, según él, han aprovechado luego nombres célebres como James Joyce, Marcel Proust, Thomas Mann y Samuel Becket.

“Todos estos no existirían si Kafka no les hubiera abierto la puerta”, afirma Mendoza, que también calificó al literato praguense como “el escritor más importante del siglo XX”, y del que destacó además su innovación en el género de los relatos cortos.

En un tono distendido, el barcelonés aludió a la “persecución” mediática que sufre en las redes sociales, por una supuesta crítica a Kafka hace ochos años ante “un grupo de personas muy reducido en un contexto muy amplio”, cuando hablaba sobre la teoría de la novela.

Mendoza con los medios de comunicación en la biblioteca de KafkaAsí, al recibir el premio en Praga, Mendoza concluyó que el fallo “es obra de Kafka, que decidió que me dieran el premio precisamente para poderme meter en apuros”.

Sobre el revuelo en torno a la Fiesta Nacional del 12 de octubre, que suscitó críticas por las injusticias cometidas contra la población nativa en América, el escritor catalán no quiso hablar de genocidio porque “ya no queda nadie de aquello”.

Sin embargo, sí que apeló a que “no estaría mal y nos ayudaría mucho a todos que en la sociedad española se hiciera un repaso y un balance de un pasado”.

“Bien o mal, se resolvió satisfactoriamente en la transición, pero quedaron muchos esqueletos en el armario”, según Mendoza, que asimismo instó a “limpiar de una vez la casa, porque seguimos teniendo muchos rincones oscuros”.

“Abría que hacer algo con sentido común, con imaginación, con diplomacia, cosas que no abundan en España”, apostilló.

23. 10. 2015

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